“El acceso a agua segura es un derecho humano esencial, fundamental y universal. Determina la supervivencia de las personas; Es una condición para el ejercicio de otros derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque esto les niega el derecho a la vida arraigado en su dignidad inalienable ". (Papa Francisco - Encíclica Laudato Sii n. 30)